Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

Historia del Museo de Bogotá

En 1969, bajo la administración de Virgilio Barco Vargas, se creó el Museo de Desarrollo Urbano, ubicado en la calle 10 No. 4-21, en una casona de la calle 10 del barrio La Candelaria. La exposición del museo se organizó en 10 salas dedicadas a la historia de Bogotá, desde la fundación de la ciudad hasta las obras más sobresalientes del alcalde Barco. Durante esta primera etapa, ingresaron a la colección piezas icónicas como el tranvía de mulas, la Urna Centenaria, un amplio conjunto de teléfonos antiguos, equipos usados por los bomberos de Bogotá a inicios del siglo XX, maquetas talladas en madera y varios planos históricos. El museo funcionó, sin mayor inconveniente, hasta 1989, año en que fue necesario reubicarlo pues el inmueble presentaba un avanzado estado de deterioro.

Desde 1989 y durante casi seis años, el museo se estableció en la llamada Casa de los Comuneros, ubicada en la carrera 8ª con calle 10, hasta que, de nuevo por problemas en la estructura de la edificación, fue necesario suspender el servicio en 1995. Un lustro después, el museo fue reubicado en el Planetario Distrital y en septiembre de 2000 abrió de nuevo sus puertas con la exposición temporal “Bogotá siglo XX”. Para 2003 el Museo de Desarrollo Urbano cambió su nombre por Museo de Bogotá, transformación que obedeció a un replanteamiento del concepto y misionalidad del museo que buscó ampliar la visión del museo sobre la ciudad, entendido no solo como fenómeno urbanístico, sino como una compleja red de relaciones sociales y culturales.

En 2006, el Museo de Bogotá ingresó a la estructura organizacional del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural – IDPC entidad que, desde entonces, se encarga de su administración y funcionamiento. El IDPC otorgó al museo sus dos sedes actuales: la Casa Sámano, restaurada y puesta en funcionamiento en 2008 como espacio de exposiciones temporales, y la Casa de los Siete Balcones, entregada en 2015 con el fin de albergar la exposición de la colección permanente.

Museo Renovado

Desde 2016, el Museo de Bogotá se embarcó en un nuevo proyecto de renovación que buscó consolidar una exposición para su colección permanente. Esta nueva propuesta define el museo como un lugar de reflexión sobre las historias pasadas, presentes y futuras de la urbe y sus habitantes, que promueve el ejercicio pleno de la ciudadanía y el derecho a la cultura. Los nuevos planteamientos abogan por proyectos expositivos reflexivos, que permitan un abordaje multidimensional de la ciudad para dar lugar a una comprensión de una Bogotá diversa y proactiva.

Para el desarrollo del proyecto de renovación y de la exposición de la colección permanente, se definieron las directrices que guían el accionar del museo en todas las áreas y que le garantizan al público la posibilidad de encontrar en el Museo de Bogotá un espacio referencial sobre su propio rol en la ciudad.

  1. El museo es un lugar de diálogo y de encuentro de saberes, que promueve escenarios para la creación y consolidación de redes, favorece la convivencia, el sentido de corresponsabilidad y la circulación de experiencias y conocimientos. Los contenidos de las exposiciones se conciben como invitaciones a establecer diálogos entre diversos actores y saberes.
  2. El Museo de Bogotá es un centro de interpretación de la ciudad y su campo de acción supera los límites de las sedes, pues cada una de ellas es un punto de partida y de llegada que debe motivar a sus visitantes a conocer y experimentar la ciudad rural y urbana.
  3. La ciudad no es sólo edificaciones, calles e infraestructura. La ciudad somos todas las personas que habitamos en ella. En ese sentido, el Museo de Bogotá valora los conocimientos de los ciudadanos, sus acciones y la manera como dinamizan la capital. Todos podemos ser parte del museo y enriquecer los contenidos de las exposiciones, pues nuestras historias particulares también construyen ciudad.